viernes, 29 de mayo de 2015

Tu sumisa



Me encanta cuando me miras, con esos ojos que penetran en mi interior, radiantes, sedientos...

Y te acercas a mi, con paso lento, de fondo se escucha una melodía sensual, una melodía que se nos quedará grabada en nuestra mente para siempre, porque se que tu la harás memorable.

Y me coges de la mano, y con un tirón consigues que me quede pegada a ti...

Y te empiezas a mover tus caderas, pegadas a las mías, al ritmo de la música, siento como se mueven, noto cada paso que das, y a la vez consigues que las mías se muevan al compás de las tuyas, llevándome de un lado a otro.

Sabes que me encanta bailar, y a la vez me encanta que me bailes, y que me provoques mientras lo haces, que me insinúes, pero que a la vez no pueda ni tan siquiera acariciarte, porque sabes provocarme, y te encanta verme sufrir, te encanta verme suplicarte, hasta el punto de perder la cabeza...
  Noto como mis caderas se dejan llevar cuando me sujetas con las manos, con paso sensual, y me llevas de un lado a otro.. la música se me cuela por los oídos y retumba en mi interior haciendo aumentar mi deseo de poseerte, pero esta vez se que llevas tú el control, y que por mucho lo desee, hoy yo soy tu sumisa.

De repente siento cómo tus manos suben por mi espalda, deshaciéndose de todo lo que encuentra en su camino, primero me obligas a levantar mis brazos, para así facilitarte la manera de deshacerte de mi camisa, y a continuación con mucha delicadeza y facilidad me desabrochas el broche de mi sujetador, , y mientras va cayendo por mis brazos, observas con desespero mi pecho, queriendo hacerlos tuyos, y te acercas a mi oído y me susurras que quieres saborear mi piel, y descubrir a que sabe... sin más contemplación te lanzas para saborearlos, pero con suavidad, con ternura, y siento como con tu lengua recorres cada centímetro...


Siento como mi cuerpo se estremece cuando nota el tacto de tus labios sobre mi piel, erizándose cada bello de cada centímetro, haciendo que se estremezca de placer, moviéndose de manera desesperada suplicándote que no pares, que subas hasta mi cuello, y a la vez bajes hasta donde sabes que tanto placer me das. Noto como tu lengua arde... como si de una llama recorriendo mi cuerpo se tratara, y consigues que mi cuerpo se encienda a su vez... y me conoces, sabes bien cómo hacerlo, porque yo... tan sólo necesito mirarte a los ojos y saber que están hambrientos...

Tenerte entre mis brazos, sentir tu cuerpo pegado al mío, desnudos es... tal sensación que no se puede describir, como si yo fuera la gasolina y tu el fuego, creando una fusión ardiente que nada puede apagarlo, y que con tan solo con un roce eres capaz de prender mi llama.

Y luego te cuelas en mis más profundas fantasías, y yo me fundo en ellas, queriendo hacer realidad cada una de ellas, en cualquier sitio, en cualquier momento, porque contigo no existe el momento inapropiado, se que tú estás siempre que mi cuerpo te reclama, saciando mi sed de ti, alimentándolo con tus besos, tus manos, con tus envestidas cuando te tengo dentro de mi... y me vuelves loca, haciendo que mi mente vaya a mil por hora, sin fin...

Quiero bailar siempre contigo, que me guíes al ritmo de tu cuerpo, que me hagas vibrar con tan solo tocarme, que me enciendas con tan solo un susurro en el oído con tus palabras y que hagamos de cada melodía una historia imborrable. Porque te has vuelto en mi guía, la persona que me domina, y me encanta, me encanta dejarme llevar, quiero que seas tú quien me guíe cada día, quiero que me enseñes a explorar cada rincón de tu cuerpo y a la vez te dejaré que explores el mío, quiero que hagas realidad cada una de mis fantasías...


Tú me enciendes, tú me apagas, tú me vuelves loca, enloqueces mi mundo y me trasportas al mundo de las mil maravillas, no permitamos que nada en este mundo apague nuestra pasión, no quiero despertar de esta fantasía echa realidad.






 
                                                                      Una loca depravada















martes, 19 de mayo de 2015

Sin aliento


El mar.. ¿por qué cada vez que me pongo a observarlo, apareces en mis pensamientos? Como una especie de sueño dulce, del que no me apetece despertar...

Me hace recordar tu sonrisa, tus caricias, y entonces cierro los ojos  y recuerdo cada palabra que me decías cuando estabas a mi lado. Recuerdo el tacto de cada centímetro de tu piel, de las emociones que sentía cuando me abrazabas, y recuerdo que sólo en tus brazos me sentía feliz, que no necesitaba nada más...

¿Por qué? ¿Por qué tú?
Quizás por todos aquellos momentos en los que me hiciste perder la cabeza, pero que en realidad me volvían loca. Y no quería despertar de esa realidad, porque sabía que si lo hacía nada de aquello sería real.

Como aquella vez que te pedí que cometieras una locura por mi, que hicieras algo que jamás hubieras echo antes, que al mirar al mar siempre lo recordaras...

Y entonces me vendaste los ojos, me subiste a tu coche y empezaste a conducir. No se cuanto tiempo estuvimos, pero para mi fue una eternidad... no decías palabra, aquel silencio era incómodo pero a la vez inquietante, no podía observarte, no podía ver la expresión en tu cara, quería leer por un instante qué rondaba por tu cabeza, y qué es lo que iba a suceder....

Hasta que de repente, paraste el motor, te bajaste del coche, yo no me podía mover así que esperé a que me ayudaras. Me bajaste del coche y sin quitarme la venda, me llevaste a un lugar donde escuchaba el mar, notaba su brisa, pero no hacía frío, y notaba como el sol brillaba en toda su plenitud. 

Quería hablar, quería saber, pero en cada intento lo único que conseguía era que me hicieras callar, me decías que no me impacientara, y yo cada vez me ponía más nerviosa, notaba cómo mis pulsaciones aumentaban su fuerza.

Al instante noté como tus manos empezaron acariciar mi cara, suavemente empezaron a bajar, y sin más remordimiento, empezaste a quitarme la ropa, de tal manera que tan solo quede en ropa interior.

Y sin más, me quitaste la venda de los ojos, dejándome contemplar aquel lugar que me pareció increíble, desconocido para mí, pero precioso. No tenía palabras para describirlo... Aquello era lo más parecido al paraíso de lo que nunca antes había visto.


Notaba como mis pulsaciones brotaban, pensaba que de un momento a otro se me iba a salir el corazón.

Te acercaste a mi, y mirándome a los ojos me dijiste: déjate llevar... y yo con una sonrisa tímida acepté.

Me diste un beso en los labios, aquello ya me hizo tambalearme y me llevaste a un rincón donde pude observar una moto de agua. Me invitaste a subir después de ti y me agarré fuerte a tu cintura, aquello era totalmente para mí. Arrancaste con fuerza y nos dirigimos a una isla muy pequeña que se encontraba en las afueras, pero preciosa. Tan solo podía ver el mar turquesa, su fondo cristalino, que tan solo te daban ganas de lanzarte y no salir de allí. Y llegamos a una playa donde la arena era increíblemente virgen, donde parecía que nadie nunca había sido descubierta.

Entonces te diste la vuelta, quedando cara a cara frene a mi, con cara de felicidad, me cogiste la cara con tus manos y empezaste a besarme desesperadamente, como si el mundo se acabara.
Notaba cómo mi cuerpo temblaba antes tus caricias, consiguiendo que mi cuerpo subiera su temperatura. Me dijiste que me relajara, que aquello no lo iba a olvidar jamás, y con tus manos terminaste de dejar mi cuerpo completamente al desnudo. Me tumbaste sobre tu moto y te incorporaste sobre mi. 

Tus labios mordían los míos con ardor, y poco a poco saborearon cada rincón de mi cuerpo, pero yo no quería quedarme sin saborear el tuyo, así que nos devoramos mutuamente, hasta que sin más pensamiento entraste dentro de mi y  mi respiración cesó al instante, aquella sensación era... ¿cómo describirla? increíble, insaciable,  y poco a poco marcaste tu ritmo, llenándome de placer. Abrí los ojos y vi como e observabas fijamente, viendo cómo me volvía loca con tus impulsos, y tú seguías más y más. No podía pensar en nada, tan solo podía dejarme llevar y disfrutar de aquel momento.

Cuando nuestros cuerpos ya no podían más, cayeron saciados de placer, y nos abrazamos durante un largo momento. Me encantaba mirarte a los ojos, y observar su expresión, ver cómo brillaban, y pidiendo que no se acabara nunca.


El sol nos observaba calurosamente y nos acompañó a una preciosa puesta, nos quedamos por un largo tiempo abrazados, cuerpo con cuerpo, observando aquel precioso momento, donde sabíamos que aquella fantasía quedaría grabada para siempre.




P.D. Si la vida te trae nuevas aventuras, no las desaproveches... cada momento está echo para ser disfrutado, es lo que te vas a llevar.









                                                                  Una loca depravada



martes, 12 de mayo de 2015

Amor y fantasía


¿Qué es el amor?

Que alguien me lo defina... por que ¿ se puede explicar?

1- O tan sólo es un sentimiento, que te repente cambia tu vida, que te miras en el espejo y sonríes al ver que aquella persona que para ti algún día parecía inalcanzable, por fin era tuya, dispuesta a entregarte todo su amor. Te lleva hacer locuras, sin importar nada más.
2- ¿O es amor cuando al estar al lado de una persona, hace que se te erice el bello de todo tu cuerpo y querer poseerla en ese mismo instante?  Seguramente ya sé lo que me vas a decir... no, no es lo mismo.

¿Por qué? ¿Qué diferencia existe? Quizás porque al primero le entregarías tu vida entera, sin fecha de caducidad, mostrándole todos tus defectos y virtudes, queriendo conocer todos sus gustos, entregarle toda tu confianza y decirle que no existe nadie más que él.

¿Y qué hay del segundo? esa persona que te hace pasar buenos momentos, cosas que nadie antes te había enseñado, quizás entregándote tan solo un abrazo. Haciendo realidad fantasías que ni tan si quiera tu con tu imaginación habrías imaginado, haciéndote el amor como nadie antes te lo había echo... Entonces te vas a casa y empiezas a dar vueltas a tu mente, recordando ese momento, recordando el olor de su piel, esperando ansiosamente el momento de volver a encontraros... ¿es eso amor?



No creo que exista la diferencia, y si existe, quizás sea mínima, la necesidad de querer estar al lado de esa persona, la necesidad de sentir sus manos sobre tu piel acariciándola, que te susurre cosas al oído mientras te va desnudando... ¿de quién hablamos ahora?
No cabe duda de que nadie es de piedra, y que los sentimientos son fáciles de herir, pero difíciles de complacer en muchas ocasiones.
Quizás nos guste más lo complicado, porque lo fácil no resulta tentador, y aunque lo difícil llegue a estar entre tus brazos, sigue siendo tentador...

Es fascinante ver cómo nuestra memoria recuerda tan solo lo que quiere recordar, y lo que no, se olvida. Vamos a probar: ¿recuerdas qué hiciste el lunes de hace dos semanas?...
Y ahora dime: ¿recuerdas cómo, cuando y dónde fue la primera vez que te hice el amor? es más... ¿recuerdas como me acariciabas?

¿Fácil o complicado? Yo incluso recuerdo el momento en que te cruzaste por primera vez en mi camino... pero no te diré qué hice hace seis días.

Incluso teniéndote a mi lado, sabiendo que tu amor me pertenece, puedo imaginarme fantasías, momentos que al pensarlos me se pone la piel de gallina, y hacen estremecerme.

Imagino que me secuestras, y me llevas en un barco en el que estamos los dos solos. y empezamos a navegar. Llegamos a un lugar donde las vistas son fascinantes, y tú con toda la naturalidad te quitas toda la ropa, y me obligas a seguirte, quitándome lentamente toda la ropa. Y te lanzas al agua, yo con mi timidez te sigo y dentro de un agua cristalina en la que resulta inimaginable bañarse me empiezas a besar...

Sin ser sostenible esa tentación de hacer el amor, me subes de nuevo a tu barco, pero te gusta hacerme sufrir, así que dedicas a me acomodas en la parte delantera del barco y me invitas a una copa de champan. Disfrutando del sol, dejando que sus rayos penetren en la piel nos bebemos la copa en celebración de nuestra libertad de aquel momento, como si el mundo exterior no existiera.

Empiezo a notar cómo esa copa empieza arder en mi interior, y con tan solo una mirada fija en tus ojos te pido que me hagas tuya.

Me coges de la mano y me llevas a un lugar más íntimo, más ... tranquilo para los dos. Y me tumbas de manera que te incorporas sobre mi, y con tus labios empiezas a saborear mi cuerpo. En mi interior siento como una oleada de nervios, calor, con ganas de que me poseas, inquieta, y muchas más emociones que no se describir.

Pero tú te tomas tu tiempo, cuando yo te haría volver loco en tan solo cinco minutos. Aunque la inquietud de tener que esperar también me gusta, así que me dejo llevar...

Y te observo, me encanta ver tus labios cuando besan los míos, me encanta ver cómo disfrutas, y oigo tu voz, oigo como tu respiración se vuelve más intensa, resistiéndote a tus instintos de hacerme tuya en ese momento, pero sin prisa te dedicas a darme todo el placer que nadie más me ha dado.

Cuando por fin te acomodas sobre mi, y sin más resentimiento me haces tuya, siento como tus latidos se hacen más intensos, como tu respiración se vuelve más profunda y tus impulsos empiezan a ser más rápidos. Te pido que no pares, deseo que no pares nunca, y te miro a los ojos, me encanta ver tu expresión en la cara, ver cómo disfrutas del momento.

Pero sin más contemplación el cuerpo llega a su extremo y me aprietas con todas tus fuerzas, me miras, te miro, y me besas con todas tus fuerzas...


Y me abrazas, siento como el sudor recorre tu espalda, y me encanta, qué sensación de libertad...


Quizás me llamarás loca, o quizás sí desearías de verdad cumplir alguna fantasía de la que me ronde por la cabeza, pero para mí lo más importante es que yo sea especial para ti. Que lo nuestro tenga tantas historias con las que poder escribir una biblia... Dejar huella

             


                                                                          Vivimos en un mundo loco, y ¿Quién más loca que yo?






                                                                     Una loca depravada




















lunes, 11 de mayo de 2015

Nuestra esencia


¡Qué emocionante es la vida!

¿Os habéis parado a pensar en ella? Con todos sus altibajos, con todo lo que nos enseña día  tras día,  personas que vienen... personas  que van... y personas que se quedan, quizás a tu lado, quizás para ayudarte, abriendo  su corazón al tuyo porque habéis  encajado muy bien el uno con el otro. Y personas que aunque no se encuentren a nuestro lado, permanecen en nuestra mente y el corazón, quizás porque en su momento nos aportaron todo de ella, o quizás porque de verdad nos hizo ver el mundo de manera distinta, llenándola de momentos inolvidables e incluso llevándote hacer locuras.
Si. La vida es extraordinaria, y está echa para que dejemos nuestra huella en ella, cada uno a su manera, pero siempre en la memoria de muchos...

Es cierto que hay días en los que decaemos, que todo se vuelve gris, donde parece que el mundo se ha puesto en nuestra contra, y que lo mandas todo al carajo, pero piensa que la vida sigue, y hoy será gris, pero seguro que mañana amanece de otro color.

Muchas veces, me pierdo en mis recuerdos, ¡¡me encanta!! la verdad es que no todos son maravillosos, pero aunque piense en ellos, le busco el lado positivo, lo que he aprendido de mis errores. Pero prefiero pasar página y envolverme en los que realmente han valido la pena, personas que me han enseñado mucho: el valor de la amistad, el saber dar abrazos, el recibirlos, que te digas "te quiero", o que vales mucho para ellos, y saber que tú en ellos también has dejado tu huella, y aunque no lo sepas, también se acordarán de ti, y se acordarán de todo el amor que les diste.


Es verdad que la infancia para muchos ya hace tiempo se quedó atrás, y siempre la recordaremos como algo bonito, no teníamos preocupaciones, y si las había tan solo eran tonterías, aunque a veces dolían.
Pero uno se va haciendo adulto, sus preocupaciones más tontas se van volviendo quizás... un poco más serias, pero nada que el tiempo no cure: tu primer beso, y siempre recordaré cuando lo imaginaba de manera que sería algo extraordinario, suave... carnoso... caliente... pero por mi suerte, no fue así ni por asomo, es más, cuando conseguí mi primer beso, y vi que no me gustaba, rechacé a la otra persona, me pareció... una decepción.

Es increíble cómo muchas veces imaginamos un momento, a nuestro modo, tipo película, y cuando te encuentras con ese momento soñado... desaparece roto en pedazos.
Aunque siempre se puede esperar algo mejor, incluso mucho mejor... y cuando por fin descubres que esos besos con los que siempre habías soñado, de verdad existían. Y ahí empieza tu nuevo camino...
porque todos sabemos que cuando empiezas con los besos, nos queda todavía mucho camino por recorrer...

Pero paso a paso, y te vas haciendo más consciente de tus emociones hacia la otra persona, tus expectativas te llevan más allá de un beso insaciable, de una caricia por tus manos... y te das cuenta de que cada vez vas tanteando más, exploras, estudias las reacciones del otro, y descubres que cada parte de tu cuerpo se va despertando así como va siendo explorada. Y te envuelves de esas caricias, te deshaces, y cuando estáis separados, tu cuerpo suplica de nuevo estar a su lado, sentir su olor, acariciar su piel suave.. saborear sus labios... te vuelves loca.

Eres joven, y piensas tenerlo todo controlado, que será el amor de tu vida, pero de repente parece girarse todo, y de repente te das cuenta de que te encuentras sola ante el mundo, de que ya no volverás a saborear aquellos labios y te encuentras perdida, en un callejón sin salida.
Te acuestas por las noches recordando cada momento, incluso quieres llamarlo, pero por miedo al rechazo te desahogas en lágrimas.

Y como he mencionado antes, despiertas en un nuevo amanecer, de repente te das cuenta de que la única persona importante en este mundo eres tu, y que no hay que desaprovechar cada oportunidad que se nos cruce en el camino. Y empiezas a conocer a mucha gente, personas que te hacen reír, y ¿por qué no? pasar un buen rato...

Imaginabas que todo lo que descubriste con la otra persona era todo, que todo se basaba en el mismo sistema, caricias, besos, hacer el amor... y de vuelta para casa. Pero de repente te das cuenta de que hay mucho más por explorar, de que tu cuerpo puede llegar mucho más allá, explorar nuevas sensaciones, y ser recibido de manera más salvaje, más perverso, con otro tipo de juego y te entregas con los brazos abiertos, porque te das cuenta de que aquello también te gusta, y tu imaginación empieza a crear nuevas fantasías.

Esa persona que antes tan solo soñaba con un beso de película, dejó de ser niña, ya había crecido y se había echo mujer, y ahora deseaba explorar más, porque con el sexo... nunca hay límites.


Y quizás pienses que tan solo fuiste una persona que pasaste un buen rato con aquel chico, que nunca volverá acordarse de ti, o de que sus sentimientos hacia ti no significaron nada, pero todos sabemos que siempre nos acordaremos de cada caricia, de cada beso, de aquella primera vez, y que dejamos nuestra huella en su cuerpo, y que por supuesto habían sentimientos, por supuesto que lo hiciste como si no existiera un mañana, y por supuesto que pensaste en algún momento de que no querrías separarte jamás de él... no somos piedras, y los recuerdos como aquellos nos dejan los sentimientos a flor de piel.

P.D. Nunca hay que arrepentirse de los hechos, todo sucede por algo, y el destino nos guía nuestro camino... solo tú decides cómo actuar...





                                                                    Una loca depravada