Anoche tuve un sueño del que ojalá no tuviera que despertar, porque al final, los sueños más increíbles, son los más cortos, y es que maldigo el tiempo, y maldigo a la persona que lo inventó, que nos mantiene esclavos de cada momento de nuestra vida, haciendo que los peores momentos sean los más largos, y los mejores momentos se conviertan en segundos, ¿de quién fue esa horrible idea?
Pero voy a volver a mi sueño, que fue un sueño precioso, lleno de aventuras, lleno de risas, caricias, besos, locura... una mezcla de sentimientos, un sin fin de emociones.
Y en ese sueño aparecías tú...
Cuando nada más verte, una sonrisa en mi cara se dibujó, y miles de pensamientos por mi mente recorrían, y en cuestión de segundos, intenté ordenarlos para que al abrir los labios para decirte "hola" no se me escapara alguna barbaridad.
Nada más acercarme a unos centímetros de tí, ya tu perfume invadía todos mis sentidos, recorría todo mi sistema nervioso alterando mi estado de nerviosismo.
Te acercaste a mi oído y me invitaste a bailar amarrada a ti, acercando tu cuerpo al mío hasta quedar totalmente encajados, como si una sola pieza se tratara.
Hubieron pisotones, risas, roces, subidas de temperatura, y no quería soltarme, quería que aquella canción que sonaba para los dos fuera interminable, quería seguir amarrada a ti e invadirme de tu aroma que tan enloquecida me tenía.
Sin pensarlo un minuto, agarraste mi mano y me sacaste de ese lugar público para llevarme a uno más privado, más íntimo, me subiste a tu coche empezaste a conducir, hasta que llegamos a un rincón pegado a la orilla del mar, donde la noche se volvía día, un lugar donde veríamos salir el sol...
De repente cogiste mi mano, era tersa y suave a la vez, pero fría, y yo te acaricié con las mías para que entraras en calor... y sin pensarlo un minuto más, tus labios buscaron los míos, y un beso lleno de pasión erizó de repente todo el bello de mi cuerpo, aumentando mis latidos y envolviéndome en una increíble sensación de pasión...
Agarrándome de la cintura, me incorporaste en tu regazo... y una vez encima tuya, mi respiración junto a la tuya aumentaron su intensidad, escapándose de entre tus labios algún gemido, obligándome así a mover mis caderas hacia delante y hacia atrás, notando así como nuestros cuerpos cada vez se desean más, y notamos como el calor va recorriendo nuestros cuerpos, obligándonos a deshacernos de la ropa en cuestión de segundos.
Tus manos no paraban de acariciarme la espalda, el pecho, mis piernas, sentía como cada vez la pasión nos invadía más intensamente, y me moría de ganas por sentirte dentro de mi, pero tu te resistías, quería hacerme sufrir, pero tu mirada decía lo mismo, nuestros labios se fusionaban en uno solo, y las gotas de sudor empezaban a caer por tu pecho... aquello era... era la sensación más increíble jamás.
Rozando el borde de la locura me miras fijamente, y con la ayuda de tu mano, te incorporas dentro de mi muuuuy lentamente, haciendo que mis ojos se pongan en blanco de placer y haciéndome pegar un grito de placer.
Con tus manos sobre mi cintura empiezas a obligarme hacer que me mueva adelante y hacia atrás, sintiéndote en cada impulso más intenso dentro de mi, mi cuerpo se tensa, empieza a sudar, y mi respiración se vuelve más intensa...
Nuestro ritmo corporal se acelera por momentos, y mi único deseo es sentir cómo te liberas dentro de mi... y te lo digo al oído... y siento como te vuelves loco, cogiéndome de las nalgas con más fuerza... me muerdes el cuello, y empiezas a llevar el control de manera alocada, y te pido que no pares, tú sigues agitándome intensamente sobre ti, y de repente... un calor interior siento como me recorre... eres tú...
Y te beso suavemente disfrutando de ese momento den intenso...
Nos abrazamos, y cerramos los ojos por unos minutos... cuando los abro...
Tu no has estado ahí... tan solo había sido un sueño... pero un sueño del que jamás habría despertado, porque lo único que ha conseguido es que ahora te desee con más ganas... ha conseguido que quiera llevarte a un lugar donde veamos salir el sol, y terminar en otro lugar viendo cómo se esconde y hacerte ver las estrellas.
Y volver a sentir tu olor, que me embriaga, que me enciende y que deja huella en mi cuerpo.
P.D. Brindo por esos momentos de locura, por esos momentos que hacen que cuenten para siempre y que no se queden solo en sueños... sino en hechos reales, porque querer es poder.